¿Por qué los gatos no aceptan las disculpas?
Los amantes de los gatos conocen perfectamente ese momento de tensión luego de haber cometido algún error. Quieres arreglarlo, pedir disculpas, hacer todo lo posible por frotarle su barriguita de pelusa, pero ¿por qué los gatos parecen tan resistentes a aceptar las disculpas?
El concepto de perdón en la cultura felina
Primero que nada, debemos entender que los gatos son animales extremadamente independientes y orgullosos. A diferencia de los perros, quienes tienden a ser más leales y sumisos, los gatos no necesitan de su amo para subsistir y no se someterán fácilmente. Por tanto, el concepto de perdón no forma parte de su cultura innata.
La lógica felina
Los gatos son animales altamente lógicos. Si los lastimas, no importa cuán intencional haya sido el acto, creen que cometiste el crimen y eres el villano. Los gatos tienen la habilidad de recordar las cosas por un largo tiempo, y si algo no les ha gustado, tendrás que trabajar duro para que te perdonen.
La importancia del tiempo
Los gatos toman su tiempo para procesar las cosas. A menudo este proceso puede durar horas e incluso días. Si te encuentras en una situación en la que tu gato está molesto contigo, es mejor darle algo de tiempo para calmarse y reflexionar. Nunca trates de forzar una disculpa, esto sólo empeorará las cosas.
El poder de las golosinas
No hay nadie que pueda resistir un dulce, y los gatos no son la excepción. Si has ofendido profundamente a tu amigo peludo, trata de sobornarlo con sus golosinas favoritas. Esto puede ayudar a untar la paz de una forma bastante efectiva. Pero ojo, asegúrate de que sea algo que le guste mucho, de lo contrario, podría terminar empeorando la situación.
Conclusión
Pedir disculpas a un gato es un proceso difícil y a menudo agotador. Incluso si realmente te sientes mal por algo que has hecho, tu amigo felino puede no estar listo para noquearte su perdón. Siempre respeta la independencia de tu gato y ten paciencia. Con el tiempo, es probable que encuentres la forma adecuada de hacer las paces.
Y si todo lo anterior falla, simplemente sé lo mejor amigo posible. Acaricia su cabeza, juega con él y demuéstrale cuánto te importa. ¡Siempre hay esperanza en el horizonte felino!